esta anécdota como muchas de las que les comparto sobre mis platos, empieza con “mi esposo” les cuento que mi esposo es de un estado llamado Hidalgo, de donde son muy típicos los Pastes, que son una especie de empanadas horneadas, rellenas de muy variados guisos dulces y salados, los típicos son de papa con carne molida, mole y los de manzana, aunque el cielo es el límite.

Este bocadillo es producto de la unión de dos culturas, la inglesa y la mexicana, ya que al ser zona minera, muchas empresas de ese país europeo se instalaron y nos trajeron la hermosa y deliciosa masa, hecha de harina, huevos y manteca, que aquí se ha adaptado con un ingrediente muy especial que es el pulque, que es una bebida de origen prehispánico que sale de la penca del maguey, al final, los pastes se convirtieron en la comida de los mineros por excelencia.

Para no hacer esto mas largo, cuando nos casamos, me traje a mi esposo a Veracruz, y lo que más extrañaba era a su familia y los pastes, traer a su familia a vivir a Veracruz si es misión imposible, así que para sorprenderlo, aprendí a hacer pastes, y ahora ya se siente mas cerca de su tierra.

Así que hoy les presento unos pastes de compota de piña y canela, que son mis favoritos, no es un relleno tradicional, es un relleno que ideé para mi, y es mi favorito, para terminar están espolvoreados de azúcar previo al horneado, por lo que al salir, la superficie es dulce y crocante. #FoldingChallenge

Nivel: Amateur

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